Los líderes de EU, Japón y Corea del Sur, Joe Biden, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol, anunciaron este viernes en su cumbre en Camp David nuevos acuerdos de seguridad, entre los que destaca la creación de un “teléfono rojo” para agilizar las comunicaciones en caso de crisis con Corea del Norte o China.

El establecimiento de esta línea directa, que evoca la emblemática noción del “teléfono rojo” utilizado entre EU y la Unión Soviética durante la Guerra Fría, tiene como objetivo mejorar la comunicación y el intercambio de información tanto en tiempos de paz como de conflicto, adelantaron a la prensa funcionarios estadounidenses.

Ese será uno de los puntos centrales de la cumbre que tendrá como escenario la residencia presidencial de Camp David, en las montañas del estado de Maryland, famosa por haber acogido algunos de los acuerdos más emblemáticos de la diplomacia estadounidense.

Yoon y Kishida son los primeros líderes extranjeros a quienes Biden ha invitado a Camp David, lo que según fuentes japonesas y estadounidenses subraya la importancia que Washington atribuye a la alianza entre las tres naciones para la estabilidad en Asia-Pacífico.

Líderes de EU, Japón y Corea del Sur anunciaron nuevos pactos de seguridad

La cumbre de hoy también tiene un gran valor simbólico por ser la primera que se celebra de manera independiente y no en los márgenes de un foro multilateral, como el reciente encuentro de los tres líderes en mayo aprovechando el G7 en Japón.

De hecho, uno de los objetivos principales de la cumbre en Camp David será consolidar la colaboración a tres bandas e “institucionalizarla”, de manera que no dependa de los vaivenes de la política interna de cada país, detallaron los citados funcionarios estadounidenses.

Por tanto, la idea es celebrar anualmente cumbres entre EU y sus dos mayores aliados en la región, Japón y Corea del Sur, quienes en el último año ha protagonizado un acercamiento tras décadas de tensión por la brutal colonización japonesa de la península coreana entre 1910 y 1945.

Estados Unidos ha estado actuando como mediador entre bambalinas de Japón y Corea del Sur con la idea de forjar una coalición que sirva de contrapeso al auge militar de China en el Pacífico y que permita coordinar acciones frente al programa nuclear de Corea del Norte.