El gobierno mantiene pláticas con el Grupo México para alcanzar un acuerdo en la ruta ferroviaria del sureste, aunque el diferendo ya generó un escándalo por la supuesta expropiación y la difusión de versiones de que la decisión afectaría la compra de Citibanamex, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador. Hasta me alegré porque dije: si ya no lo va a comprar él, hay la posibilidad de crear una asociación público-privada y que el gobierno adquiera esa institución financiera.
–¿El gobierno le entraría a la compra de Banamex?
–Sí, porque… En el supuesto que fuesen 7 mil millones de dólares, tienen que pagar como 2 mil millones o un poco más de impuestos, ya quedan, ¿qué?, 5 mil millones, y a la gente de México le interesaría tener acciones y otro tanto lo pondría el gobierno para que se tuviese mayoría.
En conferencia, retomó la disputa con Grupo México derivada de la decisión gubernamental de recuperar un tramo de la concesión entre Medias Aguas y Coatzacoalcos, alrededor de 100 kilómetros. No es nuestro propósito revertir esas concesiones entregadas en el sexenio de Ernesto Zedillo, por eso fue una exageración lo que hicieron por 120 kilómetros, “todo un escándalo y se rasgaron las vestiduras: ‘¡Y la expropiación!’ ‘¡Y un atentado a la propiedad privada!’ ‘¡Ahora sí ya apareció la verdadera política!’”
Ratificó que se trata del rescate de una concesión a la empresa Ferrosur, de Grupo México, en un tramo en el que para su gobierno tiene un carácter estratégico, y que detonó una reacción del sector conservador que incluso reprodujo versiones falsas de que este consorcio empresarial se habría retirado de la puja por comprar Citibanamex, donde son el principal postor, ya después se supo que es una mentira, pero yo hasta me había alegrado.
Al abundar en el supuesto de que el gobierno adquiriera Citibanamex expresó sus razones: es un buen negocio porque los bancos obtuvieron en 2022 utilidades por 240 mil millones de pesos, se protegería a los trabajadores y se aprovecharía que el gobierno es el principal cliente de las instituciones bancarias por el volumen de dinero que maneja.
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Cuestionó las reacciones desatadas tras la decisión de recuperar la concesión, porque ahora se habla de que si el Grupo México no compra el banco casi se acaba el mundo ¿no?. Existe la posibilidad que otros empresarios lo adquieran, pero se siembra esa versión con el propósito de generar miedo e incertidumbre.
Se sigue hablando con el Grupo México. No es un asunto personal y espero que se llegue a un acuerdo lo más pronto posible, y no se descarta esa posibilidad de que se llegue a un acuerdo. Y también está otra (que el gobierno adquiera Citibanamex), nada. ¿Qué, no recuperamos las plantas eléctricas y fue la segunda nacionalización de la industria eléctrica? ¿Y por qué podemos hacer eso? Porque tenemos finanzas públicas fuertes.
López Obrador contextualizó lo ocurrido en el tramo en disputa con lo sucedido en el periodo neoliberal cuando en un abrir y cerrar de ojos Zedillo entregó 25 mil kilómetros de vías a dos empresas, ese sí, (con un) decretazo despojó al pueblo de sus bienes y los entregó a dos empresas.
Por otro lado, dijo que se está en pláticas con la firma canadiense que se asoció con la estadunidense Kansas, para retomar el proyecto del tren México-Querétaro.
Recapituló lo ocurrido en la administración pasada cuando ya se había entregado el contrato a una firma china, pero por objeciones del gobierno de Estados Unidos se cayó el acuerdo. Fue un proceso en el que se hizo todo mal: Estados Unidos no puede imponer con quién hace negocios México; China no puede regañar a México por el incumplimiento como sucedió y el gobierno mexicano no podía incumplir contratos.