La Universidad de Harvard obtuvo este jueves un alivio legal temporal frente a la orden ejecutiva del expresidente Donald Trump que prohibía el ingreso de sus estudiantes internacionales a Estados Unidos, marcando un revés judicial para la administración en su creciente disputa con la institución.
La jueza federal Allison Burroughs, con sede en Boston, otorgó una orden de restricción temporal argumentando que Harvard enfrentaría “daños inmediatos e irreparables” si la proclamación de Trump entrara en vigor. El fallo se dio tras una modificación en la demanda presentada por la universidad el pasado 23 de mayo, en la que también cuestionaba otras restricciones migratorias impuestas por el gobierno.
La proclamación firmada por Trump esta semana impide el ingreso de estudiantes e investigadores extranjeros vinculados a Harvard, bajo el argumento de que la universidad no había proporcionado registros relacionados con supuesta mala conducta de alumnos internacionales, lo que –según el expresidente– representaba un riesgo para la seguridad nacional.
El presidente interino de Harvard, Alan Garber, había urgido a la corte a actuar con rapidez para evitar afectaciones inmediatas. “Estamos desarrollando planes de contingencia para garantizar que los estudiantes y académicos internacionales puedan continuar su trabajo en Harvard este verano y durante el próximo año académico”, afirmó en un comunicado.
Actualmente, los estudiantes internacionales representan el 27% del alumnado de Harvard, lo que subraya el impacto potencial de la medida. Además de la prohibición de entrada, la administración Trump revocó recientemente la capacidad de la universidad para patrocinar visas, lo que motivó otra demanda por parte de la institución.
Los abogados de Harvard sostienen que las acciones del expresidente constituyen una represalia ilegal por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Según la demanda enmendada, el gobierno busca castigar a la universidad por no ceder a sus intentos de influir en la gobernanza, el plan de estudios y la “ideología” del campus.
Hasta el momento, el Departamento de Seguridad Nacional no ha respondido a las solicitudes de comentarios. Entretanto, Harvard continúa su batalla legal no solo por la entrada de sus estudiantes, sino también por la congelación de más de 2,600 millones de dólares en fondos federales, otro frente abierto en su enfrentamiento con la administración Trump.