Mariana y Gabriela Estefanía Fernández Mejía, junto a Krista Juliette Ley Moreno, estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur de la UNAM, han sido reconocidas con el primer lugar en la modalidad «Diseño Innovador» del XXXII Concurso Universitario Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación de la UNAM. Su proyecto, un destilador solar, está diseñado para proporcionar agua potable a comunidades sin acceso a agua segura.
El destilador solar diseñado por estas talentosas estudiantes utiliza un proceso de evaporación-condensación alimentado por energía solar para purificar agua contaminada. Este sistema no solo es más eficiente que los métodos tradicionales, sino que también incluye diversas innovaciones que le permiten generar entre un 79% y un 87% más agua pura.
Inicialmente, el proyecto tenía como objetivo mejorar la eficacia de los destiladores convencionales y alcanzar un rendimiento mínimo de cuatro litros de agua potable al día en la Ciudad de México. Sin embargo, las pruebas realizadas en zonas más cálidas como Guerrero y Oaxaca revelaron que el destilador podría producir hasta casi ocho litros diarios, gracias a los mayores niveles de radiación solar presentes en estas regiones durante todo el año.
La ceremonia de premiación se llevó a cabo en el Auditorio II del Sistema de Laboratorios para el Desarrollo y la Innovación del CCH Sur. Durante el evento, las universitarias fueron galardonadas con diplomas que certifican su primer lugar en «Diseño Innovador». Susana de los Ángeles Lira de Garay, directora del plantel, destacó el esfuerzo y la dedicación de las estudiantes y su profesor, y subrayó la importancia de estos proyectos para la mejora continua de la Universidad y del país.
Este proyecto no solo es un hito en la carrera académica de Mariana, Gabriela Estefanía y Krista Juliette, sino que también representa un importante avance en la búsqueda de soluciones sostenibles para el suministro de agua potable. Su innovador destilador solar tiene el potencial de transformar la vida de muchas personas en comunidades vulnerables, al mismo tiempo que posiciona a la UNAM como un centro de innovación y desarrollo tecnológico.
El éxito de este proyecto es un claro ejemplo de cómo la ciencia y la tecnología pueden ser aplicadas para resolver problemas reales, mejorando la calidad de vida de las personas y contribuyendo al desarrollo sostenible. Las estudiantes del CCH Sur han demostrado que con creatividad, dedicación y trabajo en equipo, es posible hacer una diferencia significativa en la sociedad.