La actriz estadounidense Meryl Streep recibió este viernes de manos de la princesa Leonor de España la insignia como galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, en un acto previo a la entrega de los galardones en el Teatro Campoamor de la ciudad española de Oviedo (norte).

Junto a Streep, la heredera al trono de España entregó la insignia al resto de los premiados, entre los que destacan el escritor japonés Haruki Murakami o el atleta keniano Eliud Kipchoge.

Los galardonados, junto a sus acompañantes, desfilaron ante la familia real – los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y la infanta Sofía, además de su hermana Leonor.

Meryl Streep recogió la distinción acompañada de su hermano.

Meryl Streep habla del don de la empatía tras recibir el Premio Princesa de Asturias

La actriz estadounidense reivindicó este viernes el «don de la empatía» como forma de «acercamiento y diplomacia» en un mundo «cada vez más hostil y volátil» y la relevancia de que la sociedad haga suya la regla que enseñan a todos los intérpretes: «Lo importante es escuchar».

Así lo afirmó durante la ceremonia de entrega de los Premios, que Streep recibió en la categoría de las Artes por su «honestidad y responsabilidad» a la hora de elegir sus trabajos «al servicio de narrativas inspiradoras y ejemplarizantes».

El don de la empatía es algo que todos compartimos. La misteriosa capacidad de sentarnos juntos, extraños en un teatro o cine a oscuras, y experimentar los sentimientos de personas que no se parecen a nosotros ni suenan como nosotros, es una capacidad que todos deberíamos llevar dentro de nosotros al volver a la luz del día», aseguró la actriz.

La intérprete más veces nominada a los Oscar y a los Globo de Oro de la historia reiteró que la empatía es el «corazón palpitante del don del actor», y es la corriente que lo conecta con un personaje de ficción.

«Es más fácil estar conectado emocionalmente con la vida de personas parecidas a nosotros. Pero siempre me he sentido impulsada también a comprender ese otro instinto, contraintuitivo, que nos lleva a interesarnos por los extraños, esa capacidad imaginativa que tenemos para seguir las historias de personas ajenas a nuestra tribu como si fueran nuestras», añadió.