Los funcionarios electorales de Arizona y Georgia confirmaron al Comité Selecto del 6 de Enero que el expresidente Donald Trump presionó para “encontrar los votos” que le otorgaran el triunfo en la elección del 2020.

Uno de los testimonios más emotivos fue el del presidente de la Cámara de Representantes de Arizona, el republicano Russell “Rusty” Bowers, quien rechazó haberle dicho al expresidente Trump que las elecciones “estaban amañadas”.

“En cualquier lugar, alguien, en cualquier momento, ha dicho que yo dije que las elecciones fueron manipuladas, eso no sería cierto”, expresó.

Bowers, quien apoyó a Trump en 2020, recordó una llamada telefónica donde Trump afirmó que miles de inmigrantes indocumentados y “personas muertas” habían votado en Arizona, por lo que el representante habría presionado al exmandatario y a su equipo para obtener pruebas. El objetivo de Trump era revertir las elecciones en Arizona.

“No quería que me usaran como peón… Le dije: ‘Mira, me estás pidiendo que haga algo que va en contra de mi juramento, cuando juré defender la Constitución’”, expresó Bowers ante el Congreso.

Otros testimonios son de funcionarios de Georgia, incluido el secretario de Estado, Brad Raffensperger, a quien Trump llamó por teléfono y le pidió que “encontrara” suficientes votos para cambiar las elecciones.

El subsecretario Gabe Sterling también ofreció su experiencia y expresó su molestia por las amenazas de muerte que recibían sus colegas y empleados de Dominion Voting, la empresa de las máquinas electorales.

Altos funcionarios republicanos denuncian presión y amenazas de Trump para ganar elecciones

Sterling, quien es republicano, confesó que se “enfureció” cuando vio las amenazas que recibían los trabajadores electorales en Georgia, luego de las afirmaciones de Trump sobre el supuesto fraude electoral, conocido por los demócratas como “La Gran Mentira” o “The Big Lie”.

Compartió el caso de uno de los empleados electorales que había recibido amenazas por parte de seguidores QAnon –un grupo que apoya teorías de conspiración— sobre el supuesto fraude electoral y cómo se habría realizado.

Incluso los funcionarios electorales eran acusados de “traición” por parte de los seguidores de Trump, quien antes del 6 de enero –día del asalto al Capitolio—había alimentado la idea del fraude.

“Que Dios tenga misericordia de tu alma”, recordó Sterling sobre un mensaje acompañado de un GIF animado que le enviaron a un funcionario electoral. La imagen era de una soga que se retorcía lentamente, agregó.

Sterling recordó que la escalada de Trump sobre los funcionarios de Georgia obligó al Raffensperger a decir públicamente que las acusaciones sin fundamento, sin pruebas, conducirían a la violencia.

Uno de los testimonios clave es el de Raffensperger, quien habló de la llamada telefónica que le hizo Trump, quien pidió “encontrar 11,780 votos”, para darle la vuelta al resultado en Georgia.

La llamada telefónica fue revelada por The Washington Post, pero ha sido elemento esencial en el Comité Selecto, ante el cual Raffensperger acusó a Trump y sus asociados por la presión ejercida contra él y sus colegas, las cuales desataron incluso amenazas de muerte de seguidores MAGA.

“Los números no mienten. Tuvimos muchas denuncias e investigamos cada una de ellas. Reté a mi equipo: ‘¿Nos perdimos algo?’”, recuerda el funcionario.

Agregó que Trump y sus aliados afirmaban que había más de 66,000 votantes menores de edad en la entidad, además de otros señalamientos sin sustento.