Florida/Carolina del Norte – El Huracán Helene ha dejado una devastación masiva desde que tocó tierra en Florida el 26 de septiembre. Según NBC News, el número de muertos ha aumentado a 215, mientras que cientos de personas siguen desaparecidas, una cifra que lamentablemente continúa creciendo. La tragedia se extiende por toda la región sureste de Estados Unidos, donde la recuperación avanza lentamente.
La situación es particularmente crítica en Carolina del Norte, donde las autoridades buscan a cientos de personas reportadas como desaparecidas. USA Today informa que las brechas de comunicación, el acceso limitado a agua potable y las dificultades para encontrar instalaciones sanitarias son algunos de los problemas principales que enfrentan los sobrevivientes.
El impacto del huracán en las infraestructuras ha sido devastador. Más de 741,000 familias y negocios permanecen sin electricidad en todo el sureste, lo que agrava el aislamiento de numerosas comunidades. PowerOutage.Us reportó que en Carolina del Sur más de 282,000 personas siguen sin servicio eléctrico, y en Carolina del Norte, más de 231,000. Aunque se ha avanzado en la restauración del servicio, cientos de miles aún necesitan ayuda urgente.
Los servicios de rescate trabajan incansablemente para localizar a los desaparecidos después de que Helene provocara inundaciones históricas y destruyera comunidades enteras. Las lluvias torrenciales arrasaron caminos y dañaron puentes en los Apalaches, dejando a muchas comunidades varadas, según USA Today.
Además, organizaciones ciudadanas han complementado las operaciones oficiales de socorro, entregando ayuda tanto a pie como mediante helicópteros y caravanas de mulas. Durante una conferencia de prensa el jueves, se estimó que más de 200 personas siguen desaparecidas en el Condado de Buncombe, que incluye Asheville y sus alrededores.
“Con cada hora que pasa, las esperanzas de encontrar sobrevivientes disminuyen”, señalaron autoridades locales citadas por USA Today. Este huracán se ha convertido en el cuarto más mortífero en hacer tierra en Estados Unidos continental desde 1950 y el más letal desde Katrina en 2005, con al menos 72 fallecidos reportados solo en Buncombe.
La fuerza del huracán Helene ha puesto a prueba la resiliencia de las infraestructuras y sistemas de emergencia de la región, evidenciando no solo la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos, sino también la necesidad crítica de estar preparados para desastres naturales. El suministro aéreo de alimentos, agua y otros servicios básicos ha sido fundamental para aliviar las necesidades de las zonas más afectadas.
A medida que transcurren los días, aumentan los llamados a intensificar los esfuerzos de recuperación. Las condiciones actuales requieren cooperación y apoyo tanto de autoridades como de voluntarios, para garantizar que todos los afectados reciban la asistencia necesaria para reconstruir sus vidas. “Es esencial que trabajemos juntos para superar esta catástrofe, asegurando que nadie quede atrás”, declaró un portavoz de los servicios de emergencia a USA Today.