Después de ocho semanas de competencia, Karime Pindter se convirtió en la primera finalista de la segunda temporada de “La casa de los famosos”, que concluirá sus transmisiones el próximo 29 de septiembre.
Para seleccionar este beneficio, los seis habitantes que siguen en juego participaron en una dinámica al azar llamada “Famosos en el espacio” en donde a través de diferentes rondas debían encontrar cajas metálicas de colores en el jardín que fue ambientado como una galaxia.
En cada turno uno a uno abrieron sus cajas y si tenían una muestra de meteorito en su interior pasaban a la siguiente ronda y si no, eran eliminados, hasta que al último encontraran un ticket dorado, que finalmente obtuvo la exintegrante de “Acapulco Shore”.
“Sería un sueño ser ganadora, tengo una meta muy padre qué cumplir, pero ya con llegar a la final estoy feliz, si el público me quiere dar el billullo yo feliz de la vida”, señaló la influencer en el confesionario tras ganar.
Antes de empezar, la conductora Galilea Montijo entró a la casa manejando una motocicleta y enseguida un grupo de astronautas se encargó de colocar los objetos en todo el “laboratorio espacial”.
“El ticket dorado estará en una de esas cajas que tenemos aquí y le dará el pase a la final a uno de nuestros habitantes”, señaló la anfitriona antes de ingresar a la residencia.
Una vez colocados todos los participantes en una mesa, la presentadora les dio las instrucciones; añadió que nadie le podía dar la espalda. Los felicitó por haber llegado hasta esta semana y a punto de llegar a la gran final.
En la primera ronda debían buscar cajas rojas y Arath de la Torre fue eliminado, en la siguiente azules y Gala Montes perdió; en la tercera verdes y Briggitte Bozzo no tuvo suerte; en la cuarta Agustín Fernández se fue del juego, hasta que al final ganó Karime, quien no paraba de gritar y saltar de emoción al encontrar el boleto dorado.
“No me la creo, pero ganó Mare, el chiste es que se quedara aquí. Estoy dedicada a apoyarlos, gracias mamá por tu fé”, dijo la también empresaria quien le solicitó a la jefa que si los cinco integrantes de su team llegaban a la semana 10 se pudieran tatuar.
“¿Nos podrían traer un tatuador que nos ponga un mini ‘23’ a todos? Que no nos hable, ni nos vea, que nos lo ponga y ya”, preguntó Pindter, mientras que la voz omnipresente le respondió “después lo platicamos”.