Más de 1,000 mariachis se dieron cita este domingo en la principal explanada de la capital mexicana para ofrecer un emotivo cierre a un congreso de mariachis que celebró esta emblemática tradición musical. Bajo el resplandor del sol y con una atmósfera llena de alegría y orgullo, los músicos tocaron guitarras, trompetas y violines, al ritmo de canciones clásicas como “Cielito Lindo” y otras melodías que resuenan en el corazón de México y el mundo.

El número de participantes en esta histórica reunión superó aparentemente el récord anterior de 700 mariachis, logrado en una reunión previa en Guadalajara. Aunque los organizadores esperaban que el evento fuera reconocido por los Récords Mundiales Guinness, la organización aún no ha respondido a la consulta de The Associated Press para confirmar si el evento del domingo establece una nueva marca mundial.

A pesar de la incertidumbre sobre el récord oficial, los asistentes compartieron su entusiasmo por participar en un evento tan único. Muchos de los mariachis, que llegaron desde diversas partes del país y del extranjero, expresaron su amor por la música que forma parte fundamental de su identidad cultural.

Jesús Morales, un experimentado músico originario de Hidalgo, compartió cómo la música es una herencia familiar. A los 8 años, su padre le enseñó a tocar el violín, y a los 13 comenzó a formar parte del Mariachi Morales, una tradición que sigue vigente en su familia. “Esa herencia que mi papá principalmente nos inculcó por respeto a la música y respeto a nuestras raíces”, comentó con emoción.

Además, Aida Juárez, una pionera de los grupos de mariachis femeninos, destacó el significado del evento para las mujeres dentro de esta tradición. “Es un orgullo, porque somos mexicanos y ojalá que aquí se rompa el récord”, dijo Juárez, quien cuenta con 20 años de experiencia tocando para grupos de mariachi.

La convocatoria no solo atrajo a músicos, sino también a miles de espectadores de diferentes partes del mundo, que se unieron a la celebración del mariachi. Diana Rocío Campos, una comerciante y asistente al evento, expresó su admiración por la música: “Yo creo que cualquiera que lo escuche se le pone chinita la piel, sea o no sea mexicano. Por eso, pues, vienen de muchos países, Colombia, Japón, vienen de muchos, muchos países para escucharlos.”

El evento fue una manifestación vibrante de la riqueza cultural mexicana y de la fuerza de una música que, a través de los siglos, ha cruzado fronteras y ha unido a diversas generaciones. Los mariachis, vestidos con sus trajes tradicionales, ofrecieron un espectáculo lleno de emoción, que cerró con una gran ovación por parte del público.

Aunque la confirmación del récord mundial aún está pendiente, lo cierto es que el encuentro de este domingo se convirtió en una celebración histórica de la música mexicana y su capacidad para reunir a personas de todo el mundo bajo el mismo ritmo y la misma pasión.

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