Los datos sísmicos obtenidos por la sonda InSight de la NASA han revelado el mayor depósito de agua subterránea jamás descubierto en Marte, una reserva que podría llenar los océanos del planeta con hasta 1 o 2 kilómetros de profundidad.

El hallazgo, dirigido por el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de San Diego, se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. El estudio, basado en señales sísmicas registradas por el Mars InSight Lander, sugiere que el agua está almacenada en las profundidades de la corteza marciana.

Michael Manga, de la Universidad de California en Berkeley y uno de los autores del estudio, comentó: «El agua es necesaria para la vida tal y como la conocemos. No veo por qué este depósito subterráneo no podría ser un entorno habitable. En la Tierra, las minas profundas y el fondo de los océanos albergan vida. Aunque no hemos encontrado evidencia de vida en Marte, al menos hemos identificado un lugar que debería poder albergarla».

Las señales sísmicas, captadas por el sismómetro del InSight, revelaron la presencia de agua en capas profundas del suelo marciano. La sonda registró más de 1.319 sismos, utilizando técnicas similares a las empleadas en la Tierra para buscar agua y explorar petróleo y gas.

El estudio explica que hace más de 3.000 millones de años, Marte tuvo grandes cantidades de agua líquida en su superficie. Se cree que gran parte de esta agua quedó atrapada en el subsuelo o se perdió en el espacio.

El hallazgo tiene importantes implicaciones para el estudio de Marte, ya que es la primera vez que se identifica agua líquida en el planeta. Además, ofrece evidencia de que en el pasado hubo ríos y lagos en Marte. Sin embargo, extraer esta agua sigue siendo un desafío significativo debido a su profundidad, que oscila entre 11,5 y 20 kilómetros.

«Nuestros resultados son cruciales para entender el ciclo del agua en Marte, el destino de las aguas superficiales del pasado, la búsqueda de vida pasada o existente, y la evaluación de la utilización de recursos in situ para futuras misiones», concluye el estudio.

La misión InSight, lanzada en mayo de 2018 y aterrizada en Marte en noviembre del mismo año, tenía como objetivo estudiar el interior del planeta para entender mejor su formación y evolución. La sonda operó durante cuatro años antes de regresar a la Tierra en 2022.