El presidente Andrés Manuel López Obrador ha decidido poner en “pausa” la relación con los embajadores de Estados Unidos y Canadá, Ken Salazar y Graeme C. Clark, respectivamente, debido a sus recientes críticas a la reforma judicial de México y a lo que López Obrador considera una falta de respeto hacia la soberanía del país.

En su conferencia matutina del 27 de agosto en Palacio Nacional, López Obrador anunció que la relación bilateral con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá continuará, pero aclaró que no permitirá que se vulneren los principios de soberanía nacional. El presidente señaló que la decisión de suspender las interacciones con los embajadores se mantendrá hasta que estos rectifiquen sus posturas y muestren respeto por las decisiones internas de México.

“Cómo le vamos a permitir al embajador (Ken Salazar), con todo respeto, que opine que está mal lo que estamos haciendo. Ahora sí que no vamos a decirle que abandone el país, pero sí vamos a leerle la Constitución, es como leerle la cartilla,” declaró López Obrador.

El presidente López Obrador comparó esta situación con la “pausa” que impuso en febrero de 2022 con España debido a las críticas y la falta de respuesta a su carta sobre la Conquista y las diferencias con empresas españolas en México. “Es buena, pero está en pausa desde que declaró eso. Sí, pausar significa que vamos a darnos nuestro tiempo porque ojalá y el Departamento de Estado, porque tampoco es él. Qué casualidad que al mismo tiempo que se pronuncian en México a través de la embajada lo hacen los canadienses,” comentó López Obrador.

López Obrador indicó que la pausa afecta solamente a las embajadas y no a las relaciones gubernamentales. “Confío en que haya una ratificación en el sentido que van a ser respetuosos de la soberanía de nuestro país,” dijo, añadiendo que el respeto mutuo es fundamental para una relación diplomática saludable. “¿Con Canadá también? Sí, también, claro, tienen que aprender a respetar la soberanía de México,” enfatizó.

El presidente también aclaró que su postura no es personal, sino una defensa de la investidura presidencial y de la Constitución mexicana. “Es el respeto a las decisiones que tomamos aquí. No vamos a permitir ninguna violación a nuestra soberanía,” concluyó López Obrador.

Esta decisión marca un nuevo capítulo en las relaciones diplomáticas de México con sus vecinos del norte, destacando la importancia del respeto a la autonomía nacional en el contexto de la cooperación internacional.