El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela ha declarado a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales con el 51,2% de los votos, superando al opositor Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 44,2%. La participación fue del 59%, con el 80% de las actas escrutadas. Sin embargo, la oposición, liderada por María Corina Machado, ha rechazado los resultados, calificándolos como un «ultraje a la verdad» y denunciando irregularidades en la transmisión de votos.

La comunidad internacional ha reaccionado con escepticismo ante estos resultados. Estados Unidos, a través de John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad, expresó su preocupación por la falta de transparencia en el proceso electoral y exigió un recuento detallado de los votos. Brasil y España también solicitaron la publicación de las actas electorales para garantizar la legitimidad del proceso.

Además, nueve países latinoamericanos, incluyendo Argentina, Costa Rica y Perú, han emitido un comunicado conjunto pidiendo una revisión completa de los resultados con observadores independientes. Argentina ha sido particularmente contundente, condenando lo que describe como «fraude electoral» y demandando transparencia total en el recuento.

Mientras tanto, países como China e Irán han felicitado a Venezuela por la celebración de las elecciones, y el presidente ruso, Vladímir Putin, destacó la asociación estratégica entre Rusia y Venezuela. La situación en Venezuela sigue siendo tensa, con una creciente demanda de claridad y justicia en el proceso electoral.