La compañía nacional de ferrocarriles francesa, SNCF, sufrió un ataque masivo este viernes, que incluyó incendios provocados y paralizó su red de trenes de alta velocidad (TGV).

Este sabotaje coordinado afectó las líneas Atlántica, Norte y Este, alterando los viajes de aproximadamente 800 mil pasajeros justo antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de París.

El ministro delegado de Transportes, Patrice Vergriete, condenó el «acto criminal escandaloso» y señaló que el tráfico en la línea de TGV Atlántica se reanudó parcialmente, aunque con limitaciones. Las autoridades han iniciado una investigación por «degradación de bienes para atentar contra los intereses fundamentales de la Nación».

El sabotaje también impactó los trenes Eurostar, que conectan París con Bruselas, Ámsterdam y Londres, con un 25% de cancelaciones.

El evento ha generado un éxodo hacia las estaciones de autobuses, con muchos viajeros buscando alternativas para sus desplazamientos. Baptiste Leduc, un periodista deportivo, relató que su jornada laboral se vio afectada al no poder llegar a París para cubrir la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos.

La SNCF ha recomendado a los pasajeros aplazar sus viajes y ofreció reembolsos para los billetes afectados. La ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castera, expresó su indignación por el ataque, destacando el impacto negativo en los Juegos Olímpicos y los deportistas.