La pantalla está negra y la voz pausada y reflexiva de Moby comienza a hablar. Prefiere hacer entrevistas fuera de cámara, y aunque su aspecto es conocido por muchos: sin cabello, gafas cuadradas y las palabras «ANIMAL» y «DERECHOS» tatuadas en su brazo derecho, su verdadera identidad se encuentra en sus acciones y su arte.
A sus 58 años, Moby ha sido una figura central en la música durante décadas. Su álbum «Play» de 1999 fue un éxito multiplatino a nivel mundial. Sin embargo, su enfoque ha cambiado drásticamente en los últimos años. «Sencillamente dejé de ver la música como un trabajo», dice. «El activismo parece el único buen uso de mi vida laboral cotidiana; luego, por la noche, trabajo en música y ése es el refugio donde simplemente puedo respirar y disfrutar el tiempo que paso siendo creativo».
Esta semana lanzó su proyecto colaborativo «Always Centred at Night» (Siempre centrado en la noche), un álbum donde proporciona el telón de fondo musical para canciones interpretadas por artistas como Lady Blackbird y el fallecido poeta británico Benjamin Zephaniah.
«Nunca lo había escuchado hacer poesía hablada», comenta Moby, recordando su conexión como activistas veganos.
El álbum incluye una versión de «We’re Going Wrong» de Cream y presenta principalmente a artistas de color. Moby reflexiona sobre su elección de colaboradores: «Es un campo minado semiótico, cultural, creativo y lleno de matices. Todo lo que hago es tropezar y tratar de guiarme por el deseo de hacer la música que amo».
Moby reside en Los Ángeles, habiendo reducido su residencia desde el castillo de 12 habitaciones en Hollywood conocido como Wolf’s Lair. «La última relación que tuve fue hace unos 10 años», dice. «Lo único raro es que no extraño [el sexo o la intimidad]». Moby, quien tuvo una relación con Lizzy Grant, conocida ahora como Lana Del Rey, afirma que ha aceptado que una relación normal no es parte de su vida.
Nacido como Richard Hall en Harlem, Nueva York, Moby tuvo una infancia marcada por la tragedia cuando su padre murió en un accidente automovilístico. Se mudó varias veces con su madre antes de asentarse en Connecticut. Su carrera musical despegó en la escena de clubes subterráneos de Nueva York y alcanzó el éxito en Reino Unido con «Go» en 1991.
A pesar del éxito, Moby ha enfrentado sus propios demonios, incluyendo el abuso de sustancias y momentos oscuros que casi lo llevaron al suicidio. Escribió sobre estos episodios en su libro «Then It Fell Apart», incluyendo su controversial relación con Natalie Portman.
Hoy, Moby se dedica a la defensa de los derechos de los animales y al activismo climático. Es conocido entre la «mafia vegana», un grupo de celebridades que incluye a Ricky Gervais y Joaquin Phoenix. Su restaurante en Los Ángeles, Little Pine, se convirtió en un punto de encuentro para defensores del veganismo como Morrissey y Leonardo DiCaprio.
Moby planea regresar a los escenarios este otoño para celebrar el 25 aniversario de «Play». «Acepté donar todas las ganancias a las causas en las que creo», dice, prometiendo una colección de grandes éxitos para sus seguidores.
Su vida es un testimonio de la evolución personal y profesional, guiada por un profundo compromiso con la justicia y la creatividad.