Pedro Almodóvar, célebre director de cine, es conocido por su lealtad a un selecto grupo de actrices que protagonizan sus películas, como Penélope Cruz. Sin embargo, su musa más constante y fiel ha sido la ciudad de Madrid, que ahora le rinde homenaje con una exposición que destaca esta relación especial.

La muestra, titulada «Madrid, chica Almodóvar,» estará en exhibición hasta el 20 de octubre en el centro cultural Conde Duque. El comisario de la exposición, Pedro Sánchez, explica que la historia de Almodóvar y Madrid es una de amor correspondido: «Pedro Almodóvar es Pedro Almodóvar gracias a Madrid. Su historia va de la mano».

Almodóvar, de 74 años, ha retratado a Madrid en todas sus películas, devolviéndole a la ciudad el papel de musa inspiradora. Sánchez, autor del libro Todo sobre mi Madrid: Un paseo por el Madrid de Almodóvar, destaca cómo Madrid aparece en cada uno de los títulos del cineasta, siendo la verdadera «chica Almodóvar».

Exposición en Madrid celebra la relación de amor entre Pedro Almodóvar y la ciudad

La elección del centro cultural Conde Duque no es casual, ya que su fachada fue el escenario de una escena icónica en La ley del deseo (1987), donde Carmen Maura pedía ser rociada con agua durante una calurosa noche madrileña. Esta escena inmortalizó no solo a la actriz, sino también al espíritu de Madrid en las películas de Almodóvar.

La exposición incluye 200 fotos de las 23 películas de Almodóvar y de sus archivos personales, mostrando la profunda conexión entre el director y la ciudad. Un panel destaca el porcentaje de acción que transcurre en Madrid en cada una de sus películas, revelando que en siete de ellas, la ciudad es el escenario del 100% de la trama.

Almodóvar, originario de un pequeño pueblo de Castilla-La Mancha, nunca se ha sentido forastero en Madrid. Sánchez describe la personalidad del cineasta y la ciudad como transgresora, polifacética, crítica, abierta, divertida, cosmopolita y campechana.

A diferencia de muchos artistas de la Movida madrileña, Almodóvar no proviene de una buena familia, lo que le ha permitido ofrecer una visión única y auténtica de la ciudad, capturando tanto sus barrios más humildes como sus rincones más icónicos. La exposición destaca estos lugares recurrentes en su obra, como taxis, ferreterías, cementerios y farmacias.

Los colores vibrantes y ficticios de las películas de Almodóvar contrastan con la España franquista en blanco y negro, una venganza estética que llena sus películas de vida y color. Los visitantes pueden ver recreaciones de decorados emblemáticos, como la terraza de Pepa en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), que ofrece vistas panorámicas de Madrid.

La exposición también explora cómo la estética almodovariana recrea obras maestras de artistas como Magritte, Rothko, Velázquez, Dalí, Tiziano y Hopper, integrándolas en los planos de sus películas.

Sánchez destaca que las casas de Almodóvar no se han visto en revistas, sino en sus películas, siendo una extensión de su propia vida. La película Dolor y gloria (2019) muestra su actual piso de Madrid, con algunos de sus propios muebles.

Durante su visita previa a la apertura al público, Almodóvar expresó: «Aquí está mi vida», reafirmando su vínculo indisoluble con Madrid, una ciudad que ha sido tanto su hogar como su musa.