El ajolote mexicano, especie superdotada endémica de Xochimilco, está al borde de la extinción y enfrentará cinco años críticos para que se pueda revertir la situación. Especialistas atribuyen este fenómeno a la gentrificación y a la destrucción de los hábitats en los que viven estas salamandras.
Casi 1 millón de ajolotes están en cautiverio en laboratorios y acuarios, mientras que el resto de ejemplares de esta especie están en Xochimilco, según la revista Science.org. Sin embargo, el cautiverio no es el principal factor para que el ajolote esté al borde de la extinción, sino la gentrificación.
Luis Zambrano González, biólogo de la Universidad Nacional de México (UNAM) atribuye la extinción de la “salamandra de los dioses” a la construcción masiva en el hábitat de esta especie.
“Este fenómeno de gentrificación es una gran amenaza”. Luis Zambrano, biólogo de la UNAM
La revista también precisa que los problemas para el ajolote mexicano comenzaron cuando los conquistadores españoles drenaron los lagos cercanos, “reduciendo su habitat“.
Sin mencionar que entre los años 70 y 80, el Gobierno introdujo la carpa y la tilapia en Xochimilco como alimento para la población de la zona. El problema es que la carpa y la tilapia se alimentan de huevos y crias de ajolote, propiciando aun más su extinción. Finalmente, el cambio climático también es un factor, ya que las aguas poco profundas se han vuelto más cálidas y contaminadas.
El ajolote mexicano está al borde de la extinción; científicos explican las razones y qué hacer para evitarlo
Una encuesta de 1998 registró 6 mil ajolotes por kilómetro cuadrado, pero un censo de 2015 estima sólo 36 por km2. Asimismo, Alejandro Maeda-Obregón, estudiante del University College London (UCL), dice que “Xochimilco es un ecosistema colapsado“.
Por esta razón, el ajolote parece haber desaparecido en gran parte del lago al no detectar sus secuencias mitocondriales en los tramos turísticos.
“La mejor oportunidad del animal puede ser la restauración agresiva del hábitat“, dice Luis Zambrano.
En este sentido, el biólogo de la UNAM espera ampliar el número de refugios en los canales de los 20 actuales, que suman 5 kilómetros de vías fluviales, a 200, “suficiente para sostener una población viable”. Zambrano anhela “convertir el problema de gentrificación en una oportunidad” recaudando dinero de los desarrolladores para crear refugios.
Recientemente lanzó una campaña de “adopción de ajolotes” para restaurar hábitats y apoyar a los agricultores que monitorean los refugios. Otra opción sería criar ajolotes con especies estrechamente relacionadas como la salamandra tigre, con la que comparte herencia genética.
Esto ayudaría a introducir una variación genética para que las poblaciones silvestres o cautivas sean más resistentes, según David Weisrock, de la Universidad de Kentucky. “El parentesco cercano del ajolote con otras salamandras Ambystoma podría permitir a los biólogos revitalizar la especie criándola con parientes”.
Science.org
Mientras la genetista de la UNAM, Gabriela Parra Olea, estudia el parentesco del ajolote con el tigre de la meseta, los expertos advierten que “para la ‘salamandra de los dioses‘, el tiempo se acaba”.