Manchester United arrastra su prestigio también a nivel Champions League y pone en vilo su pase a octavos de final tras perder 4-3 ante Copenhague, que dio vuelta en cuatro minutos. El rumbo de Ten Hag también está en juego tras nuevo resultado decepcionante.
Partido loco el que se ha vivido en Copenhague. El Manchester United tenía el partido controlado en media hora con un doblete de Hojlund, en lo que parecía una noche plácida en tierras nórdicas. Sin embargo, todo cambió en el 41′. Una entrada fortuita de Rashford a Jelert propiciaba la expulsión del inglés en lo que fue la jugada más decisiva del partido. A partir de ahí el Copenhague se repuso y remontó con los goles de Elyounoussi y Diogo Gonçalves de penalti. Cuando todo parecía perdido para el United, Bruno Fernandes marcaba un penalti y, cuando el Copenhague lo tenía más negro, remontó con goles de Lerager y Bardghji para terminar ganando 4-3.
El United tardó 3 minutos en empezar a imponer su ley. Hojlund,ex del Copenhague, marcaba a placer un buen envío de McTominay tras una buena jugada de Wan-Bissaka. A partir de ahí, y hasta el 20′ se jugó poco, bien por la entrada de un espontáneo al campo, por la lesión de Evans y la entrada de Varante, y por la pausa por un problema de salud en la grada.
Ya con el juego reanudado y fluido, Hojlund marcaba el rechace de un disparo de Garnacho. Mal Grabra dejando el balón muerto para el danés, que como Haaland, es un depredador que huele la sangre. 0-2 y partido sentenciado. O eso parecía.
Manchester United pierde en cuatro minutos y su boleto a octavos en Champions League peligra
Al borde del descanso, una jugada sin aparente peligro terminaba con una revisión de VAR, que acabó expulsando de manera directa al atacante ‘Red’. Y a partir de ahí el que empezó a oler sangre fueron los locales, que avisaron en la falta inmediatamente posterior mandando la bola al larguero. En el 44′ Elyounoussi recortaba distancias con un pase de Diogo Gonçalves, el mejor del partido. Luego, en el eterno descuento (y justo) del lituano Rumsas, Maguire cometía un infantil penalti y el brasileño ponía las tablas en el marcador. Partido de 45 minutos en la segunda parte. Pero con un Copenhague lanzado.
La reanudación empezó con el Manchester United queriendo dormir el esférico con posesiones estériles. Y funcionó. Los ingleses se defendían con balón e incluso la tuvo Dalot para marcar el 2-3 pero se topó con la madera. Antes Vavro avisaba, pero más tímidamente.
Cuando el Copenhague tenía el balón, el United colocaba a sus nueve jugadores de campo en tres cuartos de línea defensiva. A los locales se le nubló la luz, y en el 67′ llegaba otro penaltito por mano, en lo que fue una reválida de Maguire, que provocó la pena máxima. Bruno Fernandes, uno de los mayores especialistas en los 11 metros, no fallaba, y sofocaba la rebelión del Copenhague.
El Copenhague debía ir a la desesperada por el empate, y lo consiguió en el 83′, de una forma poética. Lerager, el autor del penalti, se resarcía marcando el gol del empate anticipándose a Dalot en el segundo palo tras un centro desde la izquierda. Pero ahí no quedaba la cosa. Un partido de locura como este no podía quedar sin un vencedor. Y el que más lo mereció. O mejor dicho, el que menos errores cometió, se llevó el gato al agua. Bardghji llevaba la euforia a la capital danesa con un gol de volea. El United se mete en serios problemas con esta derrota, y el Copenhague adquiere licencia para soñar con algo grande en esta Champions.