Los negociadores de la Casa Blanca y los republicanos del Congreso volverán a reunirse el martes para resolver el estancamiento sobre el aumento del techo de la deuda pública, que se sitúa en 31,4 billones de dólares, con el país enfrentándose al riesgo de impago en tan sólo nueve días.

Los demócratas del presidente Joe Biden y los republicanos que controlan la Cámara de Representantes, liderados por el presidente Kevin McCarthy, siguen profundamente divididos sobre cómo frenar el déficit federal. Los demócratas sostienen que los estadounidenses más ricos y las empresas deberían pagar más impuestos, mientras que los republicanos quieren recortes del gasto.

Biden y McCarthy salieron el lunes por la noche de su tercera reunión este año sobre el techo de la deuda hablando de la necesidad de encontrar un consenso bipartidista, aunque siguieron defendiendo ideas que ponen de relieve las divisiones entre los dos partidos.

Tras la reunión, los asesores de la Casa Blanca se dirigieron al Capitolio para proseguir las conversaciones el lunes por la noche.

Biden y los demócratas quieren congelar el gasto en el año fiscal 2024 de acuerdo con los niveles adoptados en 2023, argumentando que eso representaría un recorte del gasto porque los presupuestos de las agencias no se ajustarán a la inflación. La idea fue rechazada por los republicanos, que insisten en recortes a los niveles de 2022, dijeron el lunes los líderes demócratas.

Los republicanos insisten en que el gasto federal debe reducirse significativamente con respecto a los niveles actuales, de modo que el gasto total disminuya en el próximo año fiscal, aunque aumente el gasto militar.

Biden quiere recortar el déficit subiendo los impuestos a los ricos y cerrando las lagunas fiscales de las industrias petrolera y farmacéutica. McCarthy declaró que aumentar los ingresos es imposible.

Biden y McCarthy buscan un acuerdo bipartidista sobre el techo de la deuda en EU

«No creo que sea un problema de ingresos. Es un problema de gasto», dijo McCarthy.

McCarthy dijo que tanto él como Biden han dado instrucciones a sus negociadores —que ya se reunieron durante varias horas el lunes— para que «trabajen toda la noche» en su carrera hacia un acuerdo antes del 1 de junio, cuando el Departamento del Tesoro advierte que el país podría quedarse sin dinero.

A menos que el Congreso eleve el techo de la deuda y permita al Estado pedir dinero prestado para pagar sus facturas, Estados Unidos podría incumplir sus obligaciones por primera vez en la historia, lo que podría llevar al país a una recesión y sumir a los mercados financieros mundiales en el caos.

Cualquier acuerdo para elevar el límite debe ser aprobado por ambas cámaras del Congreso, por lo que depende del apoyo bipartidista. Los republicanos de McCarthy controlan la Cámara de Representantes 222 a 213, mientras que los demócratas de Biden son mayoría en el Senado por un escaño, 51 a 49.

A pesar del estancamiento, las dos partes han encontrado puntos en común en varios ámbitos, como la reforma de los permisos, que ayudará a sacar adelante los proyectos energéticos, y la recuperación de los fondos para el COVID-19 no utilizados. Las dos partes también están debatiendo la imposición de requisitos laborales más estrictos en dos populares programas de prestaciones públicas destinados a ayudar a los estadounidenses a salir de la pobreza.