«La cabeza es la que consigue que el cuerpo llegue adonde le dé la gana (…) no creo en los límites ni en marcarlos» Teresa Perales, nadadora paralímpica
A lo largo de mi carrera como deportista siempre he admirado a aquellos compañeros que se apasionan por la disciplina en la que se desempeñan. Muchos de ellos han logrado derribar obstáculos a lo largo de su camino, convirtiéndose en personas con un fuerte espíritu y capaces de lograr los objetivos que se proponen. Sin duda alguna, son dignos de admiración y respeto por parte de todos, sobre todo cuando hablamos de los paradeportistas, ellos que han conseguido rebasar los prejuicios ajenos y demostrar constantemente que no hay motivos para discriminarlos.
Tal es el caso de Rosa Carolina Castro, una joven atleta que, con tan solo 19 años a la sazón de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, participó en la disciplina de lanzamiento de disco y consiguió una medalla de bronce en la clasificación F38, por lo que México acumuló 22 medallas. Hay que destacar que este fue su debut en la gran competencia mundial.
Gracias a la presea de Rosita, como es conocida, nuestro país se ubicó en el puesto 19 del medallero olímpico, superando la marca de la edición anterior, en donde se obtuvo un total de 15 medallas. Su fortaleza y tenacidad la llevan hacia un futuro prometedor, pues es este el coraje que se necesita para lograr la excelencia en el mundo del deporte.
Es tarea de todos, desde todas las trincheras, apoyar a estos jóvenes deportistas a que cumplan sus sueños y que cada día estén más cerca de alcanzarlos. Demostrar que lo que importa es que puedan participar en competencias organizadas en el marco de sus derechos y que se garantice el respeto a sus personas.
Rosita es solamente una de los tantos talentos paradeportistas que tenemos en México y es ahora el momento de ponernos en acción y hacer de esto una realidad para todos los atletas que participan en estas competencias.
La igualdad que queremos lograr se debe construir desde hoy, con solidaridad, inclusión y luchar cada día para que las proyecciones del porvenir que deseamos para todos no sean solamente deseos, sino una realidad en la que nos podamos sentir plenos, realizados y felices.
La práctica de las competencias de los paradeportistas es la prueba de que no deberían existir impedimentos para la realización de todos los seres humanos. Es labor de las autoridades crear cada vez más espacios para el libre desarrollo de las personas, sin importar las capacidades de cada individuo. Estoy convencida de que el compromiso de la gobernadora de mi querido estado Quintana Roo es construir más oportunidades para las juventudes que desean superarse y demostrar que en el deporte no hay límites. Dicen por ahí: “lo que bien comienza, bien termina”, y este capítulo es el gran principio de muchos éxitos y de logros por el bien de Quintana Roo. ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte!